Llega Barack I, el Deseado

Desde que ganó las elecciones, Barack Obama ha desatado la euforia a nivel mundial. Su mensaje y una perfecta planificación de la campaña electoral han conseguido despertar la ilusión. Mañana, por fin, tomará posesión. Llegará el momento de la verdad. Una vez en la Despacho Oval deberá empezar a tomar decisiones. Los americanos y el resto del mundo comenzarán a comprobar si se trata de un especjismo o no. De momento lo tiene todo de cara, incluído un crédito casi ilimitado. La realidad seguramente hará que tome decisiones más cerca de lo posible que de lo ideal. Con todo, es de esperar que su política ayude a pacificar el mundo y apoye la recuperación económica. Lo que no podemos esperar es que arregle los problemas domésticos de cada economía local. Tendremos que poner algo de nuestra parte. Ni la culpa de todos los males que nos aquejan los tuvieron los demás, ni las soluciones vendrán de fuera. Tiene el voto de confianza de medio mundo (ya sabemos que el del presidente de Venezuela no, por ejemplo). Esperemos que los que hoy piensan que Obama va a ser la panacea no acaben diciendo con nostalgia: "Contra Bush vivíamos mejor".