jueves, 8 de enero de 2009

Año nuevo, asignaturas pendientes

La Constitución Española cumplió 30 años el pasado mes de diciembre. La norma que simboliza la recuperación de la democracia en España empieza a tener solera y ya se puede decir que impregna la práctcia totalidad de la vida política y social española, aunque todavía haca falta que cale la educación democrática en algunos estamentos. Desde el punto de vista de las relaciones laborales, la Constitución es una de las normas más avanzadas del mundo occidental. En estos años han sido nuemrosas e importantes las leyes que han desarrollado los preceptos constitucionales armando una estructura sólida en materia laboral. Sin embargo, sigue pendiente de desarrollo mediante ley un tema tan importante como el derecho de huelga. Los gobiernos españoles no se han atrevido a enfrentarse con este tema y enfrentarase, por qué no decirlo, a los sindicatos. Primero UCD, luego el PSOE, más tarde el PP y ahora otra vez el PSOE no saben qué hacer. El caso es que, en la indefinición actual, siguen surgiendo conflictos que afectan -en ocasiones- a multitud de personas, cuando no a la imagen de España a nivel internacional. Me refiero a la huelga encubierta que mantienen los pilotos de Iberia y a la reciente (y sospechosa) epidemia de gripe que afectó a buena parte de los controladores aéreos de Barajas y -por extensión- a miles de pasajeros y usuarios del aeropuerto madrileño. Es curioso cómo hay determinados colectivos que por su capacidad de presión "negocian" sus condiciones laborales y económicas al margen de los convenios colectivos y de los cauces habituales y con bastante impunidad sobre los resultados de sus formas de presionar. Una Ley de Huelga debería establecer las reglas del juego para que todos jugáramos con las mismas normas.

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