viernes, 23 de marzo de 2012

Promoción y democión o arriba y (preferiblemente) abajo

Tradicionalmente el objetivo de cualquier persona en cualquier empresa era el de promocionar, es decir, ir ascendiendo jerárquicamente en la estructura organizativa. A eso se le denominaba promoción. La complejidad de algunas organizaciones, como los bancos, llevó a crear el concepto de promoción horizontal, es decir, asumir progresivamente nuevas (o mayores) responsabilidades sin que necesariamente eso supusiera un ascenso en la escala jerárquica sino cambiar de posición hacia nieveles similares, paralelos.

La promoción se convertía así en una trayectoria natural en la vida laboral de una persona. Es más, otras organizaciones como las grandes consultoras recogían la "necesidad" de promocionar. La promoción era obligada: arriba o afuera. No había opción. Hoy las cosas han cambiado considerablemente. La crisis no sólo nos ha llevado a realizar ajustes a la baja en los salarios de muchas empresas (como alternativa a la reducción de plantillas) sino que ha creado un nuevo concepto en el devenir de algunas personas en sus organizaciones: la democión.

La palabra, traducción literal del vocablo anglosajón "demotion", no existe en el diccionario y no es fruto de un afán por ser políticamente correcto y saltarse "a la torera" las normas lingüísticas. Simplemente es una forma sencilla de definir lo que se entiende como contrario a la promoción. No se trata tampoco de una "degradación", o no en sentido estricto, sino del fenómeno que se da en algunas empresas que presentan esta opción como alternativa al despido. Se trata del descenso -obligatorio o "consensuado"- de la categoría de un empleado (normalmente un mando intermedio, incluidos los que en un alarde de automotivación se denominan directivos).

Normalmente el descenso de categoría viene asociado a la baja del sueldo y a la pérdida de determinados privilegios (pagos en especie, beneficios). En los momentos actuales los ajustes también se producen a la baja. No sé si la expresión se consolidará y entrará en el vocabulario gerencial. Lo que sí es una realidad es que el hecho que define se está produciendo.

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