lunes, 2 de enero de 2012

2012, un año lleno de dificultades y de oportunidades

Se cerró 2011 con el estreno de un nuevo Gobierno, nacido de la mayoría absoluta que las elecciones del 20 de noviembre otorgaron al Partido Popular, y con una serie de medidas de choque con las que se pretende poner las bases de la recuperación económica. El nuevo año, 2012, comenzó como siempre con los acordes del Concierto de Año Nuevo en Viena, en esta ocasión con la deliciosa participación del Coro de Niños Cantores que no tomaban parte den el concierto desde 1998.

El paréntesis de la celebración del fin de año y la festividad del 1 de enero va a dar paso a un año lleno de dificultades en los económico pero, a la vez, abierto a una gran oportunidad de enderezar el rumbo de una economía a la deriva y con el reto de lograr la recuperación moral de la sociedad. En los últimos meses se han sucedido numertosasm noticias sobre el relajo y la irresponsabilidad de la que han hecho gala gobernantes autonómicos y municipales poniéndose al descubierto enormes agujeros que costará mucho esfuerzo y recursos cubrirlos.

Es lamentable que quienes han dilapidado los recursos de todos se hayan ido a su casa de rositas e, incluso en algunos casos, criticando las medidas de auteridad que sus sucesores se han visto obligados de tomar. El Rey Don Juan Carlos en sus discursos de Navidad y en el de apertura de la nueva legislatura en el Congreso ya puso de manifiesto este hecho, tanto en los casos de corrupción (como el que afecta a Iñaki Urdangarín) como en la necesidad de que los políticos recuperen un prestigio que ellos mismos se han ocupado de perder.

En lo puramente económico el Gobierno se estrenó con una serie de medidas de ajuste entre las que llamó a la atención el anuncio de subida de impuestos directos (IRPF) cuando durante toda la campaña electoral el Partido Popular había anunciado que no se produciría. La justificación para incumplir esta promesa electoral es el descubrimiento de que el déficit público de 2011 no será del 6 por ciento, como había anunciado el Gobierno saliente, sino del 8 por ciento. No es la primera vez que las previsiones del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ven desbordadas, aunque posiblemente no se trate tando de previsiones no cumplidas como de la constatación de que se hacía previsiones que se sabía que no se iban a cumplir.

En fin, el nuevo Gobierno tiene ante sí un panorama muy delicado. Las cuentas del Estado están muy deterioradas, el paro es enorme y sólo se podrá reducir de forma paulatina (si las medidas que se toman son las adecuadas) y las medidas económicas más urgentes son muy impopulares y con un impacto directo sobre las economías domésticas que ya están muy afectadas. Además, hay que elaborar el Prepuesto de 2012 que el Gobierno anterior dejó sin hacer e impidió que otro Gobierno elaborara al convocar las elecciones a finales de año y tratar de poner en marcha una economía parada desde el anuncio electoral de finales de julio pasado. Todo un panorama poco alentador.

Durante dos años del nuevo Gobierno tendrá que llevar a cabo medidas duras, de ajuste y austeridad. Si los resultados le acompañan (y más nos vale) podrá dedicar los siguientes dos años de legislatura a preparar las siguientes elecciones (cosa que tendrá que hacer de todas formas) con medidas más amables. La labor va a ser difícil pero también puede ser el caldo de cultivo de una regeneración económica y moral. Que así sea.

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