lunes, 4 de abril de 2011

Las redes sociales, una herramienta de comunicación de alcance incalculable

Durante los meses de enero y febrero de este año varios países del Magreb y algunos de Oriente Medio han vivido importantes manifestaciones populares que han desembocado en importantes incidentes y algunos cambios políticos. Los máximos dirigentes de Túnez y Egipto se vieron obligados a dejar sus cargos, en Libia se ha desatado un conflicto internacional y otros países han adoptado diferentes medidas de reforma de sus estructuras de gobierno.

Lo curioso de esta corriente escalonada de protestas ha sido el protagonismo que han adquirido las redes sociales para difundir las convocatorias de los manifestantes y hacer llegar los mensajes al grueso de una población que no dispone de los canales de comunicación habituales en los países democráticos, ni de la capacidad de contrastar estas informaciones con otras agentes sociales (partidos políticos, sindicatos, asociaciones).

Los hechos han demostrado la capacidad de internet y las redes sociales para promover o, cuanto menos, apoyar los cambios geopolíticos que se han producido. Las redes sociales han transformado el modelo de comunicación y de hacer periodismo en el siglo XXI. Muchos periodistas son muy activos en las redes sociales y muchos bloggers se han convertido en fuentes de información con un mayor índice de credibilidad que las fuentes tradicionales.

Pero el impacto de Internet no se queda ahí. La necesidad de identificarse en la mayoría de las redes sociales ha facilitado en muchas ocasiones la localización y neutralización de bloggers por parte de la policía o de fuerzas represivas al servicio de los gobiernos de turno. Los vídeos colgados en internet también han ido en contra del anonimato de muchos manifestantes. Esto ha provocado la consiguiente reacción defensiva y ya han surgido iniciativas que permiten la comunicación anónima entre sus usuarios.

Todo lo dicho incide sobre una cuestión largamente debatida, la de la libertad de expresión, hasta el punto de que el Berkman Center, de Harvard (Estados Unidos), ha establecido unos principios y compromisos relativos tanto a la libertad de expresión, como a la privacidad en el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones a los que las empresas y otras instituciones pueden adherirse libremente.

En suma, Internet y las redes sociales se han convertido en una potente herramienta de comunicación cuyos límites no somos todavía capaces de alcanzar. Su impacto en aspectos éticos, políticos, estratégicos y sociales es inmenso. El debate está abierto y el modelo de comunicación del siglo XXI se está diseñando minuto a minuto.

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