lunes, 1 de noviembre de 2010

Marcelino Camacho, el ejemplo ético de un "héroe cotidiano"

El pasado 29 de octubre falleció Marcelino Camacho, secretario general de Comisiones Obreras (CC.OO.) desde 1976 a 1987 y uno de los líderes históricos del sindicalismo español. En los últimos años estaba retirado de la vida pública y ahora, con su fallecimiento, han surgido numerosas voces glosando su trayectoria sindical y política y su figura humana. A pesar de que es constumbre en nuestro país hablar bien (con y sin razón) de las personas que fallecen, este es un caso en el que más allá de las afinidades o discrepancias políticas, se puede decir que Marcelino Camacho fue en su vida una persona coherente con sus ideas y consecuente en actos y comportamiento.

A él le tocó cobrar protegonismo en una epoca difícil. Cuando dar la cara era corer el riesgo de que te la partieran. Decía José Maria Fidalgo, ex-dirigente de CC.OO. hace unos años que en el época de Marcelino Camacho ser sindicalista era jugarse la cárcel (él estuvo preso muchos años) o la vida. Y que hoy, lo más que te juegas es el puesto de trabajo. Yo diría que, siendo sindicalista, ni eso. Los que hoy se juegan el puesto son los que no están protegidos, y menos por un sindicato.

De las muchas cosas que se han dicho, quizá uno de los artículos más atinados sea el de Ignacio Camacho, columnista habitual del diario ABC, que -sin ser sospechoso de comulgar con su ideología- hace una reflexión muy objetiva y atinada que lo que supuso su figura, sobre todo por oposición de lo que hicieron (o no hicieron) otros en su misma época, o a lo que hacen hoy otros políticos y sindicalistas de salón. Con personas como Camacho al frente de partidos y sindicatos hoy ambos, partidos y sindicatos, no estarían tan desprestigiados por deméritos propios.

El caso de Marcelino Camacho puede calificarse de "héroe cotidiano", en terminología de Pilar Jericó ("Héroes cotidianos". Planeta. Barcelona, 2010). Justo en esa línea lo concibió concebido en dibujante Máximo en la viñeta que también se publicó en el diario ABC (30 de octubre de 2010). Una persona que hizo frente al momento histórico que le tocó vivir, que fue consistente con sus ideas y que supuso un ejemplo ético que muchos de nosotros deberíamos seguir. Que así sea.

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